martes, 8 de junio de 2010

Definiendo "el ruido"

Aqui les dejo un fragmento de el libro que continuo leyendo ("Cartas a mi vecina de arriba" de Ariel Margnus) que por cuestiones de tiempo no puedo disfrutar por el poco tiempo libre que tengo, en esta parte el autor escribe sobre lo que entiende acerca de el ruido, ya que según el no solo le fastidia el ruido que producen los zapatos de su vecina de arriba, sino el ruido que provoca la ciuiad en conjunto.Realmente interesante :)


..."*Kant escribió un tratado sobre las fuerzas vivas, yo en cambio quisiera escribir sobre las mismas una nenia y una trenodia, pues su uso harto más frecuente para golpear, martillar y aparearse han hecho de mi vida entera un suplicio diario. Sin embargo hay personas, y muchas, que sonríen, porque son insensibles al ruido: pero se trata precisamente de aquellos que son insensibles tambien a las razones, a los pensamientos, a los poemas y obras de arte, en una palabra, alas impresiones espirituales de cualquier tipo, debisdo a la composición resistente y a la textura firme de su masa cerebral. Por el contrario encuentro quejas sobre el suplicio que causa el ruido a as personas pensantes en la biografías de casi todos los grandes escritores, como por ejemplo Kant, Goethe, Lichtenberg, Tucholsky, Frisch...Me lo explico así: como un gran diamante cortado en pedazos sólo equivale en valor a esos fragmentos pequeños; o como un ejército que cuando se dispersa, es decir cuando se disgrega en pequeñas cuadrillas, ya no es capaz de nada; del mismo modo un gran espíritu no logra más que uno normal ni bien es interrumpido, perturbado, distraído, desviado; porque su superioridad deriva de concentrar todas sus fuerzas, como un espejo cóncavo todos sus rayos, en un punto y objeto, ue es lo que precisamente le impide la interrupción ruidosa. Es por eso que los espíritus eminentes siempre han sido tan extremamente enemigos de cualquier molestia, interrupción o distracción, sobre todo la violenta producida por el ruido, mientas que a los otros no les inquieta especialmente. La más sensata e ingeniosa de todas las naciones europeas ha llamado a la regla never interrupt -no debes nunca interrumpir- el onceno mandamiento. El ruido es la más impertinente de todas las interrupciones, porque interrumpe porque e incluso destroza hasta nuestro propios pensamientos. Pero donde no hay nada que interrumpir, es natural que no sea percibido como algo extraño. ( A veces me tortura y molesta un ruido moderado continuo por un rato antes de que tome conciencia de él, lo siento como un entorpecimiento constante de mi pensar, como un bloque en los pies, hasta que me doy cuenta de lo que es).

Ahora bien, pasando el genus a la species, tengo que denunciar como al más irresponsable e infame de los ruidos el chasquido verdaderamente infernal de los látigos en los retumbantes callejones d ela ciudad. Este estallido repentino, agudo, tronchador de cerebros y asesino de pensamientos tiene que provocarle dolor a cualquiera que transporte en su cabeza algo aunque más no sea parecido a un pensamiento: cada uno de estos estallidos debe molestar por eso a cientos en sus tareas intelectuales, por muy bajo que sea su género, pero en el caso del pensador atraviesa sus meditaciones de forma tan dolorosa y mortífera como la espada del verdugo entre cabeza y tronco. Por otra parte, hay que tener en cuenta que estos malditos latigazos no sólo son innecesarios, sino incluso inútiles. El efecto psicológico que se procura generar en los caballos a través de éstos se ve, por la costumbre que ha causado el abuso incesante de la cuestión, completamente embotado y no se produce: ellos no aceleran su paso, como se puede ver especialmente con los coches de alquiler vacíos o en busca de clientes que, viajando a paso lentísimo, chasquean constantemente: el roce más silencioso con el látigo hace mayor efecto. La cosa se presenta así comouna mofa desvergonzada de la parte de la sociedad que trabaja con los brazos contra la que trabaja con la cabeza. Que una infamia semejante sea tolerada en las ciudades es una gran barbarie y una injusticia; sobre todo porque es muy fácil de erradicar, mediante la prescripción policial de un nudo final de cada cuerda de látigo. No puede hacer daño llamarles la atención a los proletarios acrca del trabajo intelectual de las clases que se encuentran encima de la suya: poruqe ellos le tienen un miedo desenfrenado a todo trabajo intelectual. Un tipo que chasquea constantemente y a más no poder con su látigo de una braza de largo mientras cabalga postal vacío o sobre una carreta merece desmontar al instante para recibir cinco bienintencionados palazos, de lo contrario no me van a convencer todos los filántropos del mundo, junto con las asambleas legislativas que están, con buenos argumentos, por la abolición de todos los castigos físicos, en esta ternura tan generalizada para con el cuerpo y todas sus satisfacciones, ¿ha de ser el espíritu pensante el único que jamás experimente la más nimia consideración ni protección, por no hablar de respeto?

(Arthur Schopenhauer, capítulo 30 del segundo libro de las Parerga y Paralipomena, curiosamente titulado Über Lárm und Geräusch, es decir Sobre el ruido y el ruido, pues al igual que los esquimales para el color blanco, los alemanes tienen muchas palabras para el ruido, en cambio nosotros, como buenos descendientes de españoles, gracias que tenemos un vocablo para ese fenómeno tan arraigado a nuestra cultura que se confunde con ella hasta casi desplazarla)...

martes, 1 de junio de 2010

Origenes de la Cromoterapia

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La Cromoterapia se remonta a tiempos inmemoriales, pues se trata de una terapia tomada de la Naturaleza que apareció junto con el hombre, así como la Fitoterapia, la Gemoterapia, la Hidroterapia y otras.

En las antiguas escuelas se partía de la base que el hombre no era solamente materia y que para establecer la salud, podía y debía ser tratado con todas las terapias naturales incluyendo los colores a través de flores y piedras preciosas.

Los Colores en el Antiguo Egipto

El ser humano estuvo desde el principio de los tiempos rodeado de colores y comenzó a usarlos intuitivamente. Aquí se emplearon los colores como recursos terapéuticos. Utilizando plantas (hojas, raíces o flores) en forma de infusiones o tés, o de emplastos o cataplasmas, que eran mezclados con miel o aceites aromáticos.

También utilizaban piedras preciosas o semipreciosas con los que confeccionaban amuletos, adornos y joyas, actuando cada una de ellas por el color de la gema, influenciando de manera benéfica a través de fórmulas mágicas que tenían grabadas.

Muchos templos del Antiguo Egipto tenían habitaciones especiales llamadas HAT ANKH (Castillos de Vida o Sanatorios de Curación). Construidas con piedra o ladrillos donde los sacerdotes-médicos hacían tratamientos de hidroterapia, sonoterapia, hipnosis y cromoterapia.

Tratamientos supervisados por los sacerdotes especializados, iniciados en el misterio de la magia y profundos conocedores del poder curativo de hierbas y gemas.

Los HAT ANKH fueron precursores de los sanatorios (ACLEPIAS) que los griegos fundaron siglos mas tarde en sus bosques sagrados. Pequeñas salas de curación que tenían una abertura en el techo para permitir la entrada de la luz del sol. Es probable que más tarde hayan comenzado a usar vidrios de colores en las terapias.

Sacerdotes-Médicos eran llamados SUNU que se representaban por un dibujo de una flecha o lanceta, encima de un pote o mortero y al lado un hombre sentado o de un arco de circunferencia (femenino)

El médico era un iniciado en la magia de Sekhmet y en la ciencia de Thot.

El Caduceo:

Era el cetro del duis Thot y símbolo de la medicina, compuesto por un bastón en el que se enroscan dos serpientes, coronado por un par de alas.

La leyenda del caduceo está ligada al Caos Primordial, cuando las dos serpientes luchan hasta que son separadas por Thot y se enroscan en torno al Bastón, por representar el equilibrio de las fuerzas opuestas en torno al eje del mundo.

Los babilonios adoraban a la Diosa Era como divinidad de las Aguas. Sus sacerdotes eran médicos o aquellos que conocen las aguas”. Estaba caracterizada como una mujer de cuyos hombros nacían pequeños ramos, como alas, configuración que posteriormente se convertiría en imagen característica del caduceo.

Dos fuerzas opuestas que rigen el mundo. Los Alquimistas consideraban a las dos serpientes como principios opuestos que se reunifican: el azufre y el mercurio, lo fijo(materia) y lo volátil (gas, vapor), seco y húmedo., caliente y frío, que se concilian en torno al tallo del caduceo como símbolo del equilibrio emocional que preside la salud del alma y del cuerpo y se esfuerzan por alcanzar el Oro Filosófico que es el conocimiento de la Verdad.

Proporciona el equilibrio de las energías, necesario para alcanzar el estado de salud.

En donde las serpientes representan fuego y aire, bastón a la tierra y las alas el agua.

Grecia:

Los conocimientos del Antiguo Egipto pasaron a Grecia por medio de los filósofos helénicos que estudiaron en la tierra de los faraones.

Varios médicos de Grecia utilizaban la exposición a los rayos solares (helioterapia) para curar distintas enfermedades.

Pitágoras: Descubrió hace 2500 años que las vibraciones de la escala musical obedecían a una progresión matemática, a través de la reducción a un denominador común, encontró una correspondencia entre los sonidos y las longitudes de la onda del espectro.

Violeta: la (la 440)

Índigo: si

Azul: do

Verde: re

Amarillo: mi

Anaranjado: fa

Rojo: sol

Utilizaba un sello significativo donde podía verse el corazón con sus cuatro cavidades, representando la circulación sanguínea y como símbolo de la esencia de la vida física.

Representación esotérica: Polaridad hombre-mujer ventrículos-aurículas. Donde las cuatro partes forman un doble ocho, signo de eternidad.

Platón: Los cinco cuerpos regulares están relacionados con los elementos y la estructura del cuerpo humano, relacionados con algún color:

Tetraedro: Fuego – Calor – Cuerpo humano – Rojo

Hexaedro: Esqueleto – Materiales más resistentes (metal) – Amarillo

Octaedro: Aire –Aparato respiratorio – Verde

Icosaedro: Agua – Fluidos del cuerpo – Azul

Pentagonododecaedro: Energía vital del campo etéreo – Glándulas pineal e hipófisis.

El estudio de los cuerpos muestra que la energía de las formas tiene una gran influencia sobre el ser humano, así como la tienen el color y el sonido.

Pitágoras, Sócrates, Hipócrates, Platón y Aristóteles, filósofos adeptos a la teoría espiritualista de la vida y sabían que el hombre tiene una energía que excede la de la materia y la del espíritu.

Pitágoras decía que vivimos en un mundo dominado por la geometría como la forma regular de las moléculas minerales o los panales de abejas o las cadenas de ADN.

Sócrates: Dijo: “Conócete a ti mismo y conocerás el Universo.” “La Principal belleza de la vida es la virtud que se encuentra en la proporción”. “La virtud está en la medida”. La función primordial del hombre en la vida: Búsqueda de la virtud porque necesitaba siempre estar en equilibrio.

Hipócrates: Propugnaba con entusiasmo el aspecto medicinal de la naturaleza (Medicina naturista).

Clasificó los temperamentos del ser humano según sus fluidos predominantes: sanguíneo, melancólico, colérico, flemático.